Una vez que la pasta de dientes sale del tubo es prácticamente imposible meterla dentro de nuevo.
Así es. Al igual que la pasta de dientes no vuelve a entrar, tú no
vuelves a estar aquí, allí o más allá. Tú o las personas a las que
quieres. Hace falta un segundo para sacar la pasta del tubo, pero mucho más tiempo para volver a meterla.
Hace falta un segundo para cometer un error, para meter la pata, pero
mucho más tiempo para arreglar el desastre que hemos causado. Incluso
aunque consigamos volver a introducir la pasta de dientes,aún así, al
igual que esta no quedará colocada de igual manera que al principio,
la situación o relación que has estropeado no volverá a ser la misma.
Qué idiotas somos al cometer errores que nos dan un segundo de
"felicidad" en detrimento de una FELICIDAD
inmensamente mayor, qué idiotas somos... Qué idiotas somo al soltar esa
"pullita" que se resvala inocente por nustros labios y que golpea al
otro asestándole un fuerte golpe, un golpe del que quizás tarde años en
recuperarse. Qué idiotas somos, pero qué idiotas somos...
que bonita entrada y la comparación con las pasta de dientes muy graciosa!
ResponderEliminarprecioso el vestido de tu anterior post!
xoxo-L